viernes, 30 de diciembre de 2011

FUNDAMENTOS CRONOLOGICOS

                                                                                                                                                                           (diciembre)

1.    LA CRONOLOGÍA

La cronología es el marco temporal que sirve a los arqueólogos como una referencia para entender y ubicar las distintas manifestaciones culturales desde los primeros cazadores-recolectores hasta el Imperio Inca. La cronología se basa en el principio de interrelación entre un artefacto y el contexto en el que este se halla, que puede ser una capa geomorfológica o una fosa funeraria. A través de la superposición estratigráfica de estas «asociaciones», se pueden observar cambios, que se definen al compararlos con otros sitios. Dichos cambios permiten elaborar secuencias arqueológicas. Aunque se han empleado diferentes criterios para establecer una cronología (como por ejemplo la aparición y uso de la cerámica o la domesticación de animales y plantas), existen dos sistemas que son aceptados mayormente: el propuesto por John Rowe, de Intermedios y Horizontes, y el propuesto por Luis Guillermo Lumbreras, de estadios de desarrollo. La cronología de Rowe es la que actualmente tiene mayor vigencia y la que se ajusta mejor para explicar la prehistoria peruana.


En arqueología se utilizan dos formas para medir la edad o antigüedad de un sitio o sociedad y son:

ü El primer sistema está basado en años calendarios solares (365 días) y utiliza el nacimiento de Cristo, en el año cero, como punto de partida, lo que genera una cronología antes de Cristo (a.C.) y después de Cristo (d.C.) – ahora nos encontramos después de Cristo.
ü El segundo también está basado en años calendarios solares, pero utiliza el presente como punto de partida, por lo que consigna a las fechas en años antes del presente (A.P.). Los fechados obtenidos por el método del Carbono 14 se expresan en años antes de presente, y deben ser calibrados-por medio de programas informáticos- para convertirlos en años antes o después de Cristo (a.C. /d.C.) o viceversa.

Para el Perú, los arqueólogos han elaborado diferente sistemas cronológicos, sin embargo, solo dos periodizaciones predominan en la actualidad. Cuando se hace referencia a los períodos que nos interesan, se emplean los términos Arcaico y Precerámico que, aunque pueden ser considerados sinónimos, representan a dos sistemas cronológicos diferentes: El Periodo Arcaico corresponde a la periodización propuesta por Luis Guillermo Lumbreras (1969), y el otro es El Periodo Precerámico correspondiente a la periodización de Jhon Rowe (1962).


2.    UNA BREVE HISTORIA DE TERMINOS E INVESTIGACIONES:


c TÉRMINO ARCAICO:

§  Fue utilizado por primera vez por los antropólogos norteamericanos Franz Boas (1913) y Herbert J. Spinden (1928), para referirse a las primeras aldeas de agricultores sedentarios de Norteamérica y Centroamérica.

§  En los andes Centrales, fue utilizado por el arqueólogo alemán Max Uhle (1920), y luego por Phillip Means (1931), para hacer referencia a los Pescadores Primitivos del Litoral.

§  Posteriormente Lumbreras (1969) y otros utilizaron el término Arcaico para definir la transición hacia una sociedad neolítica productora de alimentos.


c TÉRMINO PRECERÁMICO:

§  Década de 1940 y 1950: Descubrimiento del Precerámico como tal, gracias a los trabajos de Bird y Engel. Los avances en la datación absoluta, con el método del fechado radiocarbónico, permitieron conocer con exactitud la antigüedad de los restos Precerámico.

§  Década de 1960: Avances en las investigaciones de los sitios del período Precerámico Tardío (Kotosh, Asia, Rio Seco, EL Paraíso, etc.). Elaboración de la secuencia cronológica para la ocupación precerámica de la región Ancón-Chillón. Establecimiento de las periodizaciones de Lumbreras y Rowe-Lanning, que incluyeron al periodo Precerámico.

§  Década del 1970: Desarrollo de teorías y modelos explicativos para las sociedades del Precerámico de la costa: Las Fundaciones Marítimas de la Civilización Andina.

§  Década del 1980: avances den las investigaciones y estudios de más sitios Precerámicos. Se caracteriza al Precerámico Tardío como una sociedad compleja, al nivel probablemente de jefatura o curacazgo.

§  Década de 1990: Reformulación del Período Precerámico Tardío. A partir de los estudios en Caral se plantea el precoz desarrollo de la alta cultura en los valles de Huaura, Supe, Pativilca y Fortaleza, y el surgimiento de la ciudad y el Estado prístino.



3.    PERIODIFICACIÓN Y CRONOLOGIAS:

3.1.     PERIODIFICACIÓN Y CRONOLOGÍA DE JOHN ROWE (1962):
Arqueólogo e historiador norteamericano. Gran estudioso de la civilización andina prehispánica y colonial, en particular de la historia peruana. Rowe dividió a las culturas peruanas en virtud al desarrollo de su cerámica. El esquema de Periodificación cultural prehispánico, estuvo estructurado por este antropólogo y está bajo los conceptos de horizontes e intermedios.

 Los periodos que el declara son las siguientes:

§  Precerámico.
§  Inicial.
§  Horizonte Temprano.
§  Intermedio Temprano.
§  Horizonte Medio.
§  Intermedio Tardío.
§  Horizonte Tardío.

c  SEGÚN JHON ROWE: SISTEMA DE HORIZONTES E INTERMEDIOS
El Período Precerámico, como su nombre lo indica, fue aquel en el cual los hombres aún no conocían la cerámica. Comenzó con el poblamiento del Perú y abarcó todo el proceso de adaptación del hombre al territorio andino. Fue el más extenso.
El Período Inicial empezó con el descubrimiento de la cerámica. Durante este período las aldeas crecieron y estuvieron fuertemente ligadas a grandes centros religiosos.
Después del Período Inicial, hay una sucesión de épocas llamadas «Horizontes» e «Intermedios».
Los Horizontes son aquellas etapas en las que una cultura se desarrolló y ejerció influencia sobre un territorio tan extenso que abarcó un ámbito «panperuano»: la costa, la sierra, el norte y el sur. A lo largo de estos períodos, la cerámica de distintos lugares presentó características en común, por ejemplo, en cuanto a diseños y colores. A esto se añadió un orden social, económico, político y religioso de gran similitud.
Los Intermedios son etapas que están entre dos Horizontes. Durante un Intermedio, lejos de haber una «moda única», hay desarrollos y tendencias más bien regionales. Esto implica que distintas culturas estén conviviendo paralelamente.
Durante la época prehispánica hubo tres Horizontes: el Horizonte Temprano (que corresponde a la cultura Chavín), Horizonte Medio (que corresponde a Tiahuanaco y Huari) y el Horizonte Tardío (el de los incas). Estos estuvieron separados por dos períodos intermedios: el Intermedio Temprano y el Intermedio Tardío.

4.    ANDES CENTRALES: SINGULAR ÁREA CULTURAL PREHISPÁNICA
El concepto Área cultural, fue acuñado por Wissler (1938), luego desarrollado por Kroeber (1944) como el conjunto de elementos culturales recurrentes que se pueden identificar en nuestro ámbito territorial, llamado Andes Centrales, consignando que toda la civilización peruana aborigen forma una unidad, un todo histórico más vasto, un área cultural con profundidad en el tiempo. Bennett (1948) introduce el concepto de Cotradición peruana haciendo referencia de varias culturas en el tiempo y el espacio, interrelacionadas entre sí y con diversos grados de influencia mutua; Cotradición es pues la unidad total de la historia cultural de un área dentro de la cual las culturas componentes se relacionan a un determinado período. Murra (1975) reconoce que los esfuerzos o ensayos civilizatorios después del Formativo Andino, nos llevan a la organización económica y política de una sola civilización andina. Lumbreras (1981) propone el concepto de Macro área andina, al referirse a nuestro: “territorio conformado por áreas menores de cohesión mayor, cuya unidad es tan grande que a lo largo de la historia han sufrido procesos de cambio y espectado los mismos básicos eventos históricos, de organización económica, movilidad poblacional, etc. Lo que permite reconocer, en cada una de estas unidades territoriales, un solo esquema procesal, con las mismas fases que se presentan a modo de horizontes y con elementos que identifican una inmensa interconexión”.

Lo Andino hace pues la referencia a los Andes como base geográfica de todo un portentoso proceso, que otros llaman también: Eje Nuclear (Gayton 1961) y Área Elíptica (Ascher  1972). Ruth Shady (1993) le asigna la idea de área nuclear del desarrollo civilizatorio, similar al de Barrenechea (1992): lo andino aquello que fue siempre en todas las épocas la columna vertebral del Perú. Entonces, “lo andino, como voz y concepto, tiene  un sentido de dimensión étnica en el siglo XX, considerando a los Andes como un sui géneris espacio cultural de relativa homogeneidad, aunque con partes diferenciadas que podrían conformar una unidad”.

Reconociendo que el predominio eco-geográfico de los macizos andinos se explica mejor la singular  y esforzada presencia de un milenario desarrollo como una gran área de cultura hemisférica prehispánica pero con procesos específicos en su interior. Vale decir, que en este macro concepto categórico totalizador, se incluyen las especificidades, diferencias y heterogeneidades de los espacios económicos, sociales, lingüísticos, religiosos y políticos, tanto de la costa, la sierra y la selva.

Ya el arqueólogo John V. Murra al estudiar en 1975 las Visitas coloniales -cuando aún funcionaban muchas de las estructuras milenarias andinas- “descubrió un antiguo patrón de asentamiento y de organización social, política, económica  y territorial, a lo que él llamó el control vertical de un máximo de pisos ecológicos y que se refiere a la preocupación de los pueblos andinos por aprovechar todo un conjunto de ambientes productivos, un “archipiélago de recursos” de diferentes pisos ecológicos, cuyo control no significaba necesariamente el dominio de las zonas intermedias, sino la posesión de “islas de recursos manejados por colonias, más o menos alejadas de su núcleo o centro principal de poder en el que quedaban el grueso de la población y el mando político”.

5.    ÁREA CULTURAL ANDINA:


El Área Cultural Andina es aquella área cultural dominada por la Cordillera de los Andes , en la cual se desarrollaron las principales civilizaciones precolombinas de América del Sur. Sus "área de influencia" aproximada va desde la Provincia de Llanquihue en Chile y de Mendoza en Argentina, en el sur, hasta Mesoamérica, el sur de Nicaragua, así como las sociedades herederas de las mismas. Se superpone en el norte con lo que tradicionalmente se conoce como Área Intermedia.
El concepto de Área Andina fue objeto de discusión a mediados del siglo XX. Bennet y Bird establecieron un área de co-tradición andina circunscrita principalmente a los Andes Centrales y la existencia de un área "Intermedia" situada al norte de la cuenca de Cajamarca en Perú. Este enfoque, que es válido para la arqueología peruana, no alcanza a todas las sociedades complejas surgidas en todos los Andes antes de la Conquista Europea.
En ese sentido, en cambio, surge el enfoque macro andino postulado por Luis Lumbreras en 1981 quien establece lo que actualmente se conoce como Área Cultural Andina. Esta área cultural es consecuencia de una relación de interdependencia provocada por un régimen de vida de origen agrícola; por tanto no es aplicable a etapas pre agrícolas y tampoco lo será para niveles sociales basados, por ejemplo, en la industria (Lumbreras)
Un factor que une a todos los pueblos de esta área, según Lumbreras es que la relación de éstos con el medio ambiente se resuelve a través de una constante mar - cordillera - bosque tropical, que configura una racionalidad económica integracionista de corte transversal al eje geográfico de la Cordillera.
Sin embargo existen diferencias y grados de complejidad en el desarrollo social y político de las culturas desarrolladas en el área andina expresadas en sub-áreas.

6.    SUB ÁREAS:

6.1.    SUB ÁREAS CULTURALES SEGÚN LUMBRERAS (1981).
          Los límites de estas sub áreas culturales no coinciden con las fronteras de las modernas repúblicas andinas.
c  EXTREMO NORTE

Incluye las cuencas andinas del Magdalena y el Cauca (Colombia), el altiplano de Bogotá, la costa colombiana y del oeste de Venezuela. En su territorio se desarrollan las culturas regionales colombianas, incluyendo las de Quimbaya, Tairona, San Agustín, Tierra Adentro y Chibcha. En esta sub área se habría inventado la cerámica en Sudamérica.

c  ÁREA ANDINA SEPTENTRIONAL

Constituidos principalmente por el territorio ecuatoriano, el extremo sur de Colombia y el extremo norte peruano. La costa es de clima tropical y las regiones alto andinas están caracterizadas por el ecosistema del páramo. Las culturas más conocidas incluyen las antiquísimas Valdivia, poseedora de la cerámica más antigua de América (3600 a.C.), y Mayo-Chinchipe; la civilización Manteña-huancavilca y la cultura Milagro en la costa, y los reinos tardíos de Caranqui-Cayambe y Cañar. El desarrollo de la cultura Vicus, que pertenece a esta área está sin embargo profundamente ligada a la sub área siguiente.

c  ÁREA ANDINA CENTRAL

Ubicada en el Perú (aunque su influencia se percibe fuertemente en los Andes Septentrionales y Centro Sur). Las zonas alto andinas están dominadas por el ecosistema de puna y la costa es árida. Es considerada junto con el área centro sur la que mayor desarrollo cultural alcanzó. Incluye una vasta historia donde destacan las culturas de Supe, Chavín, Moche, Nazca, Recuay, Wari, Chimú, Chachapoyas e inca entre muchas otras.

c  ÁREA ANDINA CENTRO-SUR (ÁREA CIRCUN TITICACA)

Incluye el extremo sur peruano, Bolivia, el norte grande chileno y parte del noreste argentino. Su zona alto andina está dominada por la Meseta del Collao. Su costa es la más árida de Sudamérica. Es el escenario de las culturas Chinchorro, Pucará, las culturas atacameñas, Tiwanaku y los reinos aimaras.

c  ÁREA ANDINA MERIDIONAL

Ocupan el Chile Central y buena parte del noroeste argentino.

c  EXTREMO SUR

Ocupa lo que tradicionalmente se ha identificado como Araucanía

ÁREAS CULTURALES ANDINAS
7.    ESPACIO ANDINO

El territorio Andino, en el cual se encuentra el Perú, exhibe diversos ecosistemas y una gran biodiversidad. Es importante recalcar que al decir territorio Andino incluimos a la costa y selva alta, no únicamente a las zonas altoandinas, ya que estas tres regiones se encuentran íntimamente relacionadas entre sí.

Dentro de sus diversos territorios, la región Norcentral del país sirvió como escenario al surgimiento de la primera alta cultura en los Andes. Esta región ya ha sido definida anteriormente con el nombre de área Norcentral, y comprende a las provincias de Huaral, Huaura y Barranca en el departamento de Lima, el departamento de Ancash y los departamentos de Huánuco y Pasco

La Región Norcentral a su vez, puede dividirse en tres áreas de características ecológicas y morfológicas diferentes:

1.     La costa Norcentral: que comprende los valles de la vertiente occidental de los andes, desde el río Chancay hasta el río Santa. A su vez, esta área se subdivide en:

a.     Litoral: que corresponde a la línea de la costa y las desembocaduras de los ríos.
b.     Valle: correspondiente a las zonas de valle bajo, medio y alto.

2.     La sierra Norcentral: Comprende a los valles interandinos, como el Callejón de Huaylas y el callejón de Conchucos, las zonas de puma y nevados.

3.     La Selva Norcentral: Corresponde a los valles de la vertiente oriental de los Andes, que pertenecen a la cuenca Amazónica, entre los que destacan las cuencas de los ríos Huallaga y Marañón.

c  Según Shady, la región Norcentral, en particular, favoreció la interacción de las diversas áreas que la conforman, debido a la existencia de vías naturales que interconectan a la costa, sierra y selva, lo que permitió, durante el Precerámico Tardío, el movimiento de productos e ideas, e impulsó el precoz surgimiento de la alta cultura.
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8.    CULTURA ANDINA
En el presente, la cultura andina es un significante flotante que tiene dos sentidos y están determinados por los contextos en los que se usan. En primer lugar, el latino americanismo internacional (norteamericano y europeo), en sus esfuerzos de regionalización cultural de Latinoamérica, ha denominado como cultura andina a la cultura que se ha desarrollado en territorios que atraviesa la cordillera de los Andes. Entonces, la cultura andina por antonomasia es la de los países de los Andes centrales (Bolivia, Ecuador, Perú). También se incluye a las manifestaciones culturales del Norte chileno, el Noroeste argentino y las regiones andinas de Colombia y Venezuela. En este contexto, la cultura andina está conformada por manifestaciones de cultura de élite, masiva o popular, sin hacer mayores distinciones entre ellas. Así las novelas de Mario Vargas Llosa y, aunque parezca extraño, las obras narrativas de Gabriel García Márquez, el huayno peruano, un sanjuanito ecuatoriano o un cuento popular en aymara son considerados como muestras de la cultura andina.

En segundo lugar, para la población urbana y occidentalizada de las repúblicas andinas o países que poseen regiones andinas se califica cómo cultura andina a las prácticas culturales de élite, popular y masiva de los habitantes de valles o altiplanos cercanos a la cordillera de los Andes. En esta concepción, primero, la novela de un escritor de Cuenca (Ecuador), un baile de San Juan del Estero (Argentina), la peregrinación a la Virgen de Copacabana (Bolivia) o una celebración aymara chilena son andinos por definición y, segundo, todas estas prácticas culturales manifiestan comportamientos de una mentalidad que está modelada, en diferentes niveles, por una racionalidad andina y valores con sus propias concepciones de tiempo y espacio. Sin embargo, existe un grupo de intelectuales y artistas, residentes y no residentes en los Andes, que se autodenominan andinos. Además, la larga historia de migración interna del campo a la ciudad en Bolivia, Ecuador y Perú ha hecho considerar como cultura andina a las prácticas culturales de los migrantes en los nuevos contextos urbanos. Más aún, las migraciones internas (definitivas y estacionales) del campo a la ciudad se han incrementado tanto en Bolivia, Ecuador y Perú después de la Segunda Guerra Mundial que los han convertido en países urbanos y sus culturas nacionales han sido consideradas "indigenizadas" o "andinizadas". En efecto, la industrialización, reformas agrarias, la violencia política y catástrofes naturales fueron algunos de los factores que originaron el éxodo masivo a ciudades de la costa o la sierra donde ha habido trabajo, educación superior, mejor nivel de vida y una paz relativa.

En las repúblicas de los andes centrales, se viene alcanzando el consenso que las culturas indígenas son las más importantes en la formación de sus culturas nacionales. Este consenso es el resultado de sucesivas campañas de intelectuales y artistas que abogaron por la existencia de una cultura andina de las mayorías indígenas que empieza en la segunda década de este siglo. En una larga lista de intelectuales y artistas, Luis E. Valcárcel en Perú, Pío Jaramillo en Ecuador y Jaime Mendoza en Bolivia promovieron el reconocimiento de las culturas indígenas y su poderosa influencia en el resto de los ciudadanos de sus repúblicas. Al mismo tiempo, estos intelectuales promovieron el cumplimiento de los derechos de los ciudadanos indígenas. La estrategia para lograr sus esfuerzos indigenistas fue demostrar que los indígenas poseían una cultura heredada de los Incas. Al igual que en otras latitudes, la utilización del término cultura, dentro de una perspectiva relativista cultural, buscaba demostrar la humanidad de un grupo de seres humanos oprimidos, que tenía igual o más sofisticada cultura que la de sus opresores. Establecida la igualdad en términos de humanidad era más fácil abogar por el establecimiento de sus derechos como ciudadanos.

Las razones para sostener la existencia de una cultura andina son básicamente geoculturales e históricas. Se reconoce como su origen a los grupos étnicos que habitaron en la región andina antes a la conquista y colonia españolas por más de 20,000 mil años. De acuerdo a los andinistas, procesos de adaptación humana al agreste medio ambiente andino (bajas temperaturas, grandes altitudes y escasez de recursos) resultaron en una cultura superior a las culturas autóctonas de la costa, del bosque tropical o las culturas invasoras que llegaron al territorio andino. Por lo tanto, la base de las culturas nacionales de sus países debía ser la cultura andina.

En el contexto del Latino americanismo, se considera que hay dos importantes evidencias históricas que respaldan la propuesta de una cultura común de las poblaciones de la región andina. Primeramente, se considera la homogenización cultural de los grupos étnicos dominados por los Incas a través del quechua como "lingua franca" o la política poblacional incaica de los mitimaes llevada a cabo en el Tawantinsuyo (Imperio Incaico) durante el siglo XV y las tres primeras décadas del siglo XVI. Segundo, se reconoce que este proceso de homogenización cultural fue continuado por los colonizadores españoles cuando se dan cuenta del uso del quechua como "lingua franca" por los Incas. La iglesia católica utilizó el quechua en las primeras campañas de evangelización de los pueblos indígenas para lograr la homogenización religiosa durante los siglos XVI y XVII.
Las dos acepciones de cultura andina han sido criticadas. Primeramente, se considera que las dos coinciden en tener como presupuesto la relación inevitable entre cultura, territorio y soberanía. De esta manera, a los ecosistemas de altura les corresponde la cultura andina dentro las fronteras nacionales. A los países de los andes centrales les corresponde culturas nacionales andinas. A un conjunto de estados nacionales más regiones de otras repúblicas sudamericanas que son atravesadas por los Andes conforman una macro región que posee una cultura andina. El establecimiento de estas relaciones en los tres casos lleva a concepciones esencialistas y nacionalistas de la cultura andina, determinadas por relaciones de cultura, espacio y territorio, que no explican los nuevos procesos socioculturales emprendidos por los habitantes andinos contemporáneos.

El proceso socio cultural más importante de las dos últimas décadas, son las migraciones masivas emprendidas por ciudadanos, ecuatorianos y peruanos al extranjero por la violencia política y crisis económica en sus países de origen. La migración dirigida a países del hemisferio norte y países limítrofes (un millón de bolivianos y 100,000 peruanos en Argentina), han llevado a que se practique la cultura andina por los migrantes indígenas y mestizos en sus nuevos lugares de residencia. A diferencia, de migraciones masivas anteriores, la última ola migratoria está constituida por ciudadanos que asumen una identidad indígena o indigenizadas para conformar una diáspora andina. Es decir, grupos desperdigados en el planeta se aferran a sus prácticas y valores culturales y sueñan con el retorno a sus lugares de origen. En efecto, en los lugares donde se concentran los migrantes andinos, practican relaciones sociales comunitarias, hablan quechua y aymara y hay academias y clubes donde se enseña baile y música andinos a los hijos de los migrantes; o consumen comida andina en restaurantes especializados para reafirmar su identidad cultural en un medio agreste. Las consecuencias inmediatas de esta afirmación de la identidad andina han hecho posible la participación de cuadrillas de zampoñeros, tuntunas y diabladas en desfiles de Washington DC., Nueva York, Buenos Aires o Santiago de Chile. Del mismo modo, hay un circuito sólido de producción y consumo de música y danza andina en el extranjero que han hecho posible giras internacionales de "Los Shapis", Vicky War, Máximo Damián o el danzante de tijeras "Lucifer" a grandes ciudades extranjeras donde el grueso del público está integrado por los migrantes. Aunque en una cantidad mínima, existe la publicación de libros de autores que se definen orgullosamente andinos en el extranjero. Entre el caso más notable está Fredy Roncalla, trilingüe en castellano, inglés y quechua, nacido en Chalhuanca-Perú, quien publica un libro en Nueva York donde reflexiona sobre una "poética postmoderna andina".


PERIODIFICACIÓN DE LA ÉPOCA PREHISPÁNICA DEL PERÚ SEGÚN JOHN ROWE

8.1.       PERIODIFICACIÓN Y CRONOLOGÍA SEGÚN LUIS G. LUMBRERAS (1969):

c   Lumbreras realiza su cronología del Perú Pre Hispánico tomando en cuenta los aspectos sociales, económicos y políticos. La cronología de Lumbreras se basa más en el aspecto político y de organización de la sociedad peruana, toma en cuenta los inicios de la sociedad peruana desde las bandas, las tribus hasta la formación de los grandes Estados Imperiales. De esta manera se organiza la siguiente cronología:

§  Periodo Lítico: Que es el periodo en el cual el hombre llega al Perú y se forman las primeras bandas.

§   Periodo Neolítico: Periodo en el cual el hombre descubre la Agricultura y se desarrolla en el Perú, lo que Gordon Shilde denominó la Revolución Agrícola.

§   Formativo: Que es el estudio de Chavín de Huántar como cultura fundamental que dejará su gran legado en las culturas posteriores.

§   Desarrollos Regionales: La época de la regionalización de los diversos pueblos, descendientes de Chavín de Huántar.

§   Imperio Wari: Proceso de formación de la cultura Wari, como síntesis de la unión cultural de tres pueblos: Tiahuanaco, Nazca y Huarpa.

§   Estados Regionales: Periodo de diversidad cultural, sobresalen la cultura Lambayeque, Chimú y los Chancas.

§   Tawantinsuyo: Periodo del desarrollo Incaico.

c  El Período Arcaico corresponde a la periodización propuesta por Lumbreras.

§   Sobre la base de estadios de desarrollo socio-político, y no periodos de tiempo. Emplea términos Lítico, Arcaico, Formativo, Desarrollos Regionales, Wari, Reinos y Señoríos e Imperio Inca.

§   Lumbreras agrupo a estos periodos en tres grande secciones: Recolectores, Agricultores aldeanos e Industriales urbanos, a partir de un “criterio económico-social”.

§   Las sociedades del Precerámico, enmarcadas dentro de los periodos Lítico y Arcaico, pertenecen al grupo de Recolectores.

§   El surgimiento de la agricultura correspondería al Arcaico Temprano el equivalente del Precerámico Medio.

§   El Arcaico Medio, un período de horticultores aldeanos equivaldría al Precerámico Tardío.

§   Mientras la aparición de la cerámica y las primeras sociedades con cerámica temprana corresponderían al Arcaico Tardío, equivaldría al Período Inicial.
  


8.2.    PERIODIFICACIÓN Y CRONOLOGÍA SEGÚN RUTH SHADY (1993, 1995):

Posteriormente, Shady desarrollo su propia periodización, en donde dividió el Precerámico en tres Grandes periodos: Arcaico Temprano, Arcaico Medio y Arcaico Tardío.

9.    MARCO CRONOLÓGICO: PROBLEMAS Y PROPUESTAS


Las evidencias reportadas de arquitectura monumental (Kotosh, La Galgada, Pajillas, Áspero, etc.), agrupados comúnmente dentro del período Precerámico VI ó Precerámico Tardío ó Arcaico Tardío, ha servido para que algunos investigadores dieran las primeras clarinadas de alerta sobre los problemas del uso/desuso de términos como Precerámico, Arcaico y Formativo. (Bueno 1997; Onuki 1999).

El término Precerámico propuesto por Lanning (1967) nació como un complemento a la secuencia de Rowe (1962) y está basada en una negación, la ausencia de un solo material, la cerámica.
Siguiendo esta misma línea de usar sólo un espécimen para caracterizar una época, Moseley (1975) llamó Precerámico con algodón aquel momento que Lanning (1967) denominó Precerámico VI.
Incluso se llegó a dividir secuencialmente el mal llamado período Precerámico. Quilter (1991) lo dividió en tres momentos: Precerámico Temprano (13000-8000 AP), Precerámico Medio (8000-4450 AP) y Precerámico Tardío (4450-3800 AP)
Como bien lo ha señalado Kaulicke y Dillehay (1999: 10), la sola ausencia de cerámica no equivale a un período anterior a su aparición, sino también podría significar su status a cerámico como lo han sugerido los Pozorski (1999). Además la definición por negación (Precerámico, a cerámico) no define nada.

Por otro lado, la usanza del término Arcaico, proveniente de la combinación Lítico-Arcaico de Willey y Phillips (1959), es la más encarnada en la mayoría de los arqueólogos peruanos y extranjeros y continua en uso en el Perú. Hace unos años Kaulicke y Dillehay (1999) intentaron llevar a cabo una redefinición del término Arcaico, valiéndose de la etimología para darle significado al vocablo, emparentándola con la palabra griega arche que significa “origen” y por tanto proponiendo su uso desde los primeros pobladores (Arcaico Temprano: 10000-8500 a.p.) hasta la introducción de la cerámica (Arcaico Final: 4000-3500 ap.).

Los recientes resultados de Ruth Shady y sus colegas (Shady 2003, 2004; Shady y Leyva 2003; Noel 2004; Vizconde 2004), en el valle de Supe, y en general toda aquella información que se vislumbra en la región del área norcentral, ha servido en primer lugar para revalorar el estudio de las primeras sociedades diferenciadas y segundo para discutir el marco conceptual que explica tales desarrollos, precisamente uno de esos conceptos es la cronología y la necesaria reformulación del uso/desuso del concepto período Precerámico, período Arcaico y por extensión del período Formativo (Makowski 2004; Shady 2004; Lumbreras 2004; Shibata 2004).

Si bien ya otros investigadores han llamado la atención de lo insostenible de llamar “Formativo” a un desarrollo tan concluido como Chavín (Bueno 1997: 77), nosotros creemos, siguiendo esa misma lógica, que lo que se ha venido llamando Formativo Temprano (en la secuencia de Lumbreras) o Período Inicial (en la secuencia de Rowe) resulta también insostenible pues éstos engloban desarrollos tan complejos como los del valle de Casma (ejm. Sechín, Las Haldas, Pampa de Llamas-Moxeque, etc.), los de Lima (San Jacinto, La Floridam Garagay, Cardalm Manchay, etc). Así como otros en las serranías, los cuales presentan un arte comparable a Chavín, pero que arquitectónicamente alcanzaron incluso una monumentalidad mayor, y que por lo tanto lo sitúan en la parte concluyente de la formación de las bases de la civilización andina, entonces ¿dónde están sus orígenes, donde se forma las bases de todo el proceso civilizatorio?

La respuesta a esta pregunta se avizora en el estudio de la gran concentración de sitios con arquitectura monumental temprana en la región de la costa norcentral, formada por los valles de Fortaleza, Pativilca, Supe y Huaura. El fechado más antiguo que se tiene de estas ocupaciones lo reportó Feldman (1980: 246) para el sitio de Áspero, en el litoral de Supe: 3055 a.C. (GX-3860)2, sin embargo queda claro que este fechado no fue obtenido de los primeros niveles de la Huaca de los Ídolos, de donde se extrajo la muestra, por lo tanto fácilmente se puede afirmar que el sitio es aún más antiguo.

Somos consientes que nuestra cronología andina es una propuesta funcional-evolucionista que reconoce la existencia de tres períodos, que equivocadamente han sido tratadas y definidas como etapas: Lítico, Arcaico y Formativo.

La división entre los períodos Arcaico y Formativo en Sudamérica se ha definido por la ausencia/presencia de la cerámica, usado éste como indicador fósil, sin tomar en cuenta el proceso social. En otras palabras lo que se ha venido concibiendo como períodos en verdad no es más que lo que Rowe (1962) ha llamado etapas sencillas. Para mostrar un ejemplo reciente de tal afirmación pasemos al siguiente párrafo de Jorge Marcos: “El Arcaico, que se inicia aproximadamente en los 8.000 a.C. y dura, en el noroeste de Sudamérica hasta los 4.000 a.C. mientras que en la América templada continua hasta los 1.700 a.C”.

Evidentemente Jorge Marcos está usando el ingreso de la cerámica como determinante para definir el paso del Arcaico hacia el Formativo, incluso atreviéndose a concluir que en los actuales territorios de Ecuador y Colombia se alcanzó el Período Formativo dos mil años antes que en el territorio peruano.

Como bien lo ha señalado Lumbreras diferenciación tecnológica, el concepto Formativo no tiene ninguna validez cronológica (debido a que existen sociedades arcaicas con cerámica), ni histórica (pues existen sociedades complejas sin cerámica).

Por lo tanto, estamos de acuerdo, como lo han sugerido Alberto Bueno (1997), la Misión Arqueológica Shibata 2004) y Ruth Shady (2004: 23, 252) de retroceder el uso del término Formativo, en los Andes Centrales, hasta ó incluso antes de los 3000 años a.C.

Sin embargo, hay que tener en cuenta, como bien lo ha definido Jhon Rowe (1962) que cuando hablamos de períodos nos estamos refiriendo a bloques de tiempo y por lo tanto a grupos culturales contemporáneos, no importando cuan diferentes éstos sean; mientras que cuando definimos etapas nos referimos a desarrollos culturalmente semejantes.

Partiendo de la tesis que el desarrollo de las sociedades se da de manera disímil y por lo tanto, genera historias locales combinadas heterogéneamente en un espacio socio-ambiental, también desigual y tomando como referente la secuencia fundamentada en la información empírica de la parte norcentral (tanto costa, sierra y ceja de Selva) de los Andes Centrales. Proponemos el uso del término período Formativo a todos los Andes Centrales, para la serie de desarrollos culturales desiguales, pero contemporáneos, que se desarrollaron durante un poco más de tres mil años, entre los 4000 y 800 años a.C, tiempo que sirvió para asentar y desarrollar las bases de la estructura de la civilización andina.
La terminología de la palabra “Formativo” trae consigo la idea del inicio de la formación o estructuración cultural de la civilización andina, independiente de la presencia o ausencia de cerámica, es decir se trata del afianzamiento de las innovaciones económicas, sociales y políticas logrados durante el Período Arcaico (10000-4000 a.C.) como la domesticación de animales y plantas, la nuclearización de los habitantes, la presencia de arquitectura pública y en suma la diferenciación social.

De manera tentativa, y abierta a las críticas, hemos dividido al período Formativo en cinco subperíodos, los cuales son:

§  Período Proto-Formativo ó Formativo Remoto (4000-3000 a.C.). Definido por las primeras construcciones de obra corporativa y con fines ceremoniales-comunales. Creemos que las ocupaciones más tempranas, con las características antes mencionadas, se debió llevar a cabo en el litoral, sobre todo en la costa norcentral, como en Áspero.

§  Período Formativo Inicial (3000-2500 a.C.). Se inicia la concentración poblacional y la obra arquitectónica monumental al interior de los valles costeros, como en Supe con Caral. También ya empezarían a existir sitios importantes en las vertientes serranas como la Galgada y Pajillas en Ancash. Aunque por estos tiempos el resto del territorio andino, principalmente el surandino estuvo viviendo en una etapa arcaica, por lo menos por mil años más (Craig y Aldenderfer 2002), al igual que el resto de América (Lumbreras 2004).

§  Período Formativo Temprano (2500-1800 a.C.). Es un momento de fuerte interrelación cultural y comercial a nivel panandino, donde se consolidó el área norcentral como el eje civilizatorio en los Andes Centrales, con el Valle de Supe en centro de ese eje. Durante este tiempo no solo se logro una relación económico político y cultural vertical costa/sierra/selva, sino además se logró un intercambio comercial con la cultura Valdivia la cual atravesaba por su período III (2600-2000 a.C.) que se distinguió por la consolidación de la agricultura intensiva, la presencia de la arquitectura corporativa y la diferenciación social.

§  Periodo Formativo Medio (1800-1200 a.C.). Caído el polo de poder en la costa norcentral, éste se diversifico hacia la costa central (El Paraíso, La orida) y al valle de Casma (Complejo Sechín, Las Aldas, Pampa de Llamas-Moxeque, etc.) con una arquitectura aún mas monumental que su antecesora y caracterizada por una serie de construcciones de montículos ó plataformas dispuestas en una planta en “U” como lo entiende Carlos Williams (1980, 1985) y además con la presencia de unidades modulares de recintos de planta rectangular y disposición lineal como lo ha propuesto Shibata (2004: 87). En este contexto sumamente desarrollado se agrega la cerámica como un componente más en el ajuar cultural del hombre andino.

§  Período Formativo Tardío (1200-800 a.C.). Durante este período se consolidan los Templos em ·U· de la costa central( San Jacinto, Huacoy, Garagay, Carada, Mina Perdida) y en la costa corte (Huaca Lucia, Huaca de los Reyes, Huaca Herederos Chica). Pero además en la sierra norte se inician las obras monumentales, principalmente en Cajamarca (Pacopampa-Apogeo, Kuntur Wasi-Ídolos, Huacaloma Tardío, Udima). Finalmente, en este período se consolida la plaza rectangular hundida como centro de las actividades públicas.

§  Período Formativo Final (800-200 a.C.). Se trata del momento de compilación de todo lo antecedido culturalmente, surgiendo dos ejes norteños con Chavín en la sierra y Cupisnique en la costa.

RESUMEN:

El territorio Andino, en el cual se encuentra el Perú, exhibe diversos ecosistemas y una gran biodiversidad. Es importante recalcar que al decir territorio Andino incluimos a la costa y selva alta. Dentro de sus diversos territorios, la región Norcentral del país sirvió como escenario al surgimiento de la primera alta cultura en los Andes.

En el presente, la cultura andina es un significante flotante que tiene dos sentidos y están determinados por los contextos en los que se usan.
El Área Cultural Andina es aquella área cultural dominada por la Cordillera de los Andes , en la cual se desarrollaron las principales civilizaciones precolombinas de América del Sur. Sus "área de influencia" aproximada va desde la Provincia de Llanquihue en Chile y de Mendoza en Argentina, en el sur, hasta Mesoamérica, el sur de Nicaragua, así como las sociedades herederas de las mismas. Se superpone en el norte con lo que tradicionalmente se conoce como Área Intermedia.

La cronología es el marco temporal que sirve a los arqueólogos como una referencia para entender y ubicar las distintas manifestaciones culturales desde los primeros cazadores-recolectores hasta el Imperio Inca.


En arqueología se utilizan dos formas para medir la edad o antigüedad de un sitio o sociedad y son: El primer sistema está basado en años calendarios solares (365 días) y utiliza el nacimiento de Cristo, en el año cero, como punto de partida; y el segundo también está basado en años calendarios solares, pero utiliza el presente como punto de partida.
También está la Periodificación Y Cronología De John Rowe (1962) y de Luis Guillermo Lumbres (1969) y por último la de Ruth Shady (1993, 1995).

PALABRAS CLAVES:
  SociedadLa Sociedad es el conjunto de individuos que comparten una cultura, y que se relacionan juntas de la mano con la productividad nacional.

Ceja de SelvaLa región Rupa-Rupa (del Quechua rupha, "quemante, caliente"

Macro Área Andina: Territorio conformado por areas menores de cohesion menor.
Eco-geográfico: Es la recuperación y síntesis de información ecológica, geográfica y taxonómica.

KEYWORDS:

   Company: The Company is the set of individuals who share a culture, and relate together hand in hand with national productivity.
Ceja de Selva: Rupa-Rupa region (from Quechua Ruphos,"burning hot"
Andean Macro: Territory consists of areas under less cohesion.
Eco
-geographic: The recovery and synthesis of ecological, geographical and taxonomic.

                                                       SUMMARY:

The Andean country, which is Peru, exhibits diverse ecosystems and rich biodiversity. Importantly, the Andean territory that included the coast and high forest. Within the diverse territories, the North Central region of the country served as a backdrop to the emergence of the first high culture in the Andes.

At present, the Andean culture is a floating signifier that has two meanings and are determined by the contexts in which they are used.
Cultural Area Andean cultural area is one dominated by the Cordillera de los Andes, which developed the major pre-Columbian civilizations of South America. Their "sphere of influence" rough going from the Province of Llanquihue in Chile and Mendoza in Argentina, south to Central America, southern Nicaragua, and the heirs of the same company. Overlaps in the north with what is traditionally known as the Intermediate Area.
Chronology is the time frame that serves as a reference for archaeologists to understand and locate the different cultural manifestations from early hunter-gatherers to the Inca Empire.

In archeology two forms are used to measure the age or age of a site or company are: The first system is based on solar calendar years (365 days) and uses the birth of Christ, in the year zero, as a starting point; and the second is also based on solar calendar years, but uses this as a starting point.
There is also the Accrual and timing of John Rowe (1962) and Luis Guillermo Lumbres (1969) and finally Ruth Shady (1993, 1995).


BIBLIOGRAFÍA

« Lumbreras, Luis - Arqueología de la América Latina - Lima: Editorial Milla Batres, 1981.
« Alcina, Jose - La tradición cultural andina, en: Los incas y el Antiguo Perú - Madrid: Sociedad Estatal Quinto Centenario, 1991.

« SHADY SOLIS, Ruth. Caral-Supe y la costa norcentral del Perú: La cuna de la civilización y la formación del estado prístino. En: Historia de la cultura peruana I. Pag. 48. Lima.2000.


« http://auladehistorialm.blogspot.com/2011/07/transferencia-contextual.html